ACHICORIA, PLANTA MAGICA Y MEDICINAL
Sus flores, que brotan en las lindes de los caminos, son de un color azul pálido; el centro es de un color más intenso.
Contienen un látex blanco, extremadamente amargo, y sus hojas deben recogerse antes de la floración porque después dejan de ser comestibles, y ya no sirven siquiera para preparar ese sucedáneo de café que tan de moda estuvo en la posguerra española.
Un cuento oportunista procedente de la Silesia austriaca, intenta explicar porqué crecen en esos lugares tan silvestres. Nos dice que una hermosa mujer estuvo llorando durante siete años seguidos a su amado, muerto en el campo del honor. Hubo quién la intentó consolar con argumentos de todo tipo y no faltó quién se atrevió a proponerle un nuevo novio, pero la llorosa doncella respondió:
"Cesaré de llorar cuando me convierta en una flor de campo a orillas del camino". Dicho y hecho.
Una variante bávara la convierte en princesa y tanto ella como todas sus damas se empeñan en pasar a la eternidad transformadas en flores. Al final un hada convierte a la princesa en una ostentosa achicoria de color blanco y a las damas en achicoria de color azul, y aún siguen ahí, como guardianas de los caminos que vigilan eternamente el regreso del príncipe amado.
Además de ser un sustituto del café, la achicoria ha tenido otras finalidades. Algunos mitos aseguran que existen plantas consideradas enemigas de las brujas, sobre todo porque sirven como antídoto para rechazar la energía negativa ocasionada por sus prácticas hechicerescas. Entre ellas merecen un lugar destacado la artemisa, la verbena y en especial, la achicoria, siempre y cuando sean recogidas durante la noche de San Juan (24 de Junio) ya que, de lo contrario, pierden todo su poder y eficacia contra los hechizos.
En el libro de Roger Calais se insiste en este aspecto y en el podemos leer que para conseguir las virtudes ocultas de la achicoria, hay que realizar el siguiente ritual:
"Puestos de rodillas ante esta planta, el día de San Juan, antes de la salida del sol, se arranca la planta pausadamente, pronunciando en voz baja tres veces la palabra Tetragramatón. Se lleva a casa la planta y se guarda envuelta en lino blanco y limpio. Este es un poderoso amuleto contra las acechanzas satánicas y los hechiceros.
La achicoria, lo mismo que el helecho, la artemisa, la verbena y la betónica, rompe todos los nudos, saca las espinas clavadas en la piel y es capaz de ¡hacer invisible a sus poseedor!. Cosas de la magia.
Con sus hojas se curan las dermatitis y otras erupciones cutáneas. En la antigua Roma se vendían semillas de achicoria con el nombre de "erraticum", como si fuera un curalotodo y además con la ventaja de conseguir que los esposos fueran fieles, dando suerte en el amor.
La achicoria florece todo el verano. Son flores que tienen una precisión y puntualidad horaria muy de alabar. Se abren hacia las 6 de la mañana (hora solar) y se cierran antes del mediodía.
La achicoria es una hierba perenne de raíz carnosa, tallo erecto, hojas basales grandes y de borde liso y flores de color azul. En estado silvestre es frecuente en lugares no cultivados. Se conocen diversas variedades comestibles, entre las cuales cabe destacar las de hojas rojas.
La raíz torrefacta se usa ampliamente como sucedáneo del café. Es amarga, depurativa, tónica y estomacal. La achicoria se toma en infusión, extracto y zumo purificado. El zumo se consideró en un tiempo como un febrífugo eficaz. La achicoria tiene propiedades tónicas, amargo-digestivas, depurativas y ligeramente laxantes.
Las hojas se recolectan en primavera y se dejan secar después en un lugar aireado; en cambio las raíces se recolectan en otoño, después se dividen en varias partes y se secan al sol.
Las hojas de la achicoria, sirven para preparar deliciosas ensaladas. Lo griegos se alimentaban de achicoria cruda y cocida. No obstante para muchas personas la achicoria continúa siendo hoy, simplemente, una grave amenaza para su bonito césped inglés, como digna hermana de la ortiga "maléfica". Es inútil desmentir tales acusaciones, aquellos a los que les guste la achicoria se abstendrán, sin embargo, de cogerla a las afueras de una ciudad, porque la achicoria es muy sensible y absorbe mas que cualquier otra planta (y en abundancia) los productos químicos que se encuentran en suspensión en el aire. Así pues, sus adeptos deberán conseguirla en el campo, donde crece libre y fecunda.
Cocimiento de raíces frescas:
Se utilizan contra la inapetencia, el estreñimiento y los trastornos del hígado.
Hervir 10 ó 15 grs. de raíces frescas en un litro de agua. Enfriar, pasar por un colador y no azucarar.
La dosis recomendada es un vaso pequeño cada mañana en ayunas. La duración del tratamiento es relativamente prolongada según la necesidad.
Infusión caliente:
Para insuficiencia hepática, estreñimiento.
Poner una cucharadita de té de raíces frescas ralladas en una taza de agua hirviendo. Dejar reposar durante unos minutos y beber a sorbos.
Tomar una taza al día después de la comida principal.
Tisana:
Para trastornos intestinales.
Hervir 10 grs. de raíz de achicoria a trocitos y una cucharada de borraja en medio litro de agua durante unos 15 minutos. Pasar el líquido por el colador y añadir una cucharada de miel.
Se toma una taza por la noche antes de acostarse. El tratamiento dura hasta la curación.
Cataplasma caliente:
Se utiliza en uso externo para las inflamaciones viscerales.
Se cuece en muy poca agua un grueso manojo de hojas de achicoria machacadas y se aplican sobre la parte interesada.
Cataplasma fría para curar úlceras:
Aplicar simplemente sobre la llaga hojas frescas de achicoria recién cogidas. Cubrir con una gasa.
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