EL SAUCE
A mediados del siglo XIX, Felix Hoffmann, un químico del laboratorio alemán Bayer, experimentaba con los extractos de la corteza del sauce. Después de varios procesos químicos, obtuvo un derivado cuyos efectos antitérmicos y analgésicos eran muy superiores a los del producto original (la corteza del sauce).
Hoffmann dio a probar esta nueva sustancia -el ácido acetilsalicílico- a su propio padre que sufría de constantes ataques de reuma. Fue tal el éxito obtenido, que los laboratorios Bayer decidieron comercializar ese derivado de la corteza del sauce con el nombre de aspirina. Y la humilde aspirina continúa siendo el fármaco más usado en la historia de la humanidad; anualmente se consumen unas 40.000 toneladas de aspirina en todo el mundo.
Esta vez se vio confirmado el viejo aforismo "La naturaleza coloca siempre el remedio al lado del mal". La localización del sauce en terrenos húmedos y fríos fue el signo, la pista, que condujo a descubrir sus propiedades antitérmicas y analgésicas.
El sauce es un árbol que puede alcanzar hasta 15-20 metros de alto, con hojas lanceoladas blancas, o verde grisáceas, sedosas; es común a lo largo de los ríos y se cultiva en los márgenes de los campos. Cuenta en su familia con otras especies enanas que se utilizan sobre todo para obtener mimbre para confeccionar cestos, sillas, etc.
En los jardines se cultiva como planta ornamental.
El sauce llorón, elegante por sus ramas cayentes, es también originario de Oriente y se cultiva especialmente en su forma femenina. Otras especies crecen como zarzas entre las arenas de los torrentes. La flora alpina cuenta con muchas especies enanas, o incluso herbáceas.
La corteza (y en menor cantidad las hojas y las flores), flexible y dura, de color pardo creciente, contiene un glucóxido, la salicina, y tanino.
Sin duda también el sauce es considerado un árbol sagrado y mágico, ya que simboliza la muerte y el Otro Mundo (antípoda). Sus hojas, corteza y madera son utilizadas en todo tipo de formas de la magia del amor, hechizos curativos, magia lunar, adivinación y conjuro de espíritus. El sauce posee grandes poderes de protección y desde hace mucho tiempo ha sido utilizado para ahuyentar el mal.
La madera de sauce es utilizada para hacer varas mágicas.
Este árbol está asociado a Belili, dios sumerio del amor, soberano del Otro Mundo que reinaba sobre los árboles, los pozos y los manantiales.
No hay que olvidar que el sauce es la planta mágica de Saturno. Del sauce se puede extraer una gran fuerza moral e incluso la facultad de dominar las mentes. Esta planta es particularmente activa los sábados, días de Saturno.
Las famosas varitas usadas por los hechiceros para buscar agua subterránea no es otra cosa que una rama de sauce tallada en forma de tenedor.
Cita el Dr. Marinus de Waal:
El uso de corteza de sauce para las clavijas de las liras no es una invención reciente. El cantor de los Salmos recuerda el tiempo en que él y sus compañeros se sentaban a lamentarse junto a los ríos de Babilonia y no podían cantar canciones sobre Sión, como deseaban sus enemigos, ya que nunca pudieron olvidar Jerusalén:
Junto a los ríos de Babilonia nos sentábamos
Y llorábamos acordándonos de Sión.
De los sauces que hay en medio de ella,
Colgábamos nuestras citaras.
Allí los que nos tenían cautivos nos pedían canciones
Los que nos habían llevado atados, alegría…
(Salmos 137, 1-3)
El sauce que aquí se menciona podría ser el sauce de Babilonia o sauce llorón, que fue introducido en Europa desde Oriente; también se ha sugerido que los sauces mencionados en la Biblia fuesen álamos, miembros también de la familia de las saliciláceas. El sauce de las riveras aparece en el Levítico (23.40).
Probablemente las ramas de estos árboles de las riberas de los ríos se sacudían en alto como signo de alegría para celebrar las fiestas de las cosechas, una costumbre que también tenían los griegos y los romanos.
La corteza del sauce contiene una sustancia blanca y cristalina llamada salicina, elemento en el que radica su acción curativa. Antes del descubrimiento de la quinina, producto del árbol de la quina, que es oriundo del Perú, se consideró como "el febrífugo". Tal era el crédito del que gozaban los sauces, que hasta mediados del siglo XIX, se consideraron como quinas europeas.
Además de esta virtud, el sauce es cicatrizante, evita la caída del cabello, elimina la caspa, extirpa los callos y verrugas.
USO: Para combatir la fiebre del paludismo (malaria), se hierve durante 10 minutos 2 cucharadas de corteza de sauce en medio litro de agua y se toma repartidas en 4 partes al día.
Para combatir la caspa y evitar la caída del cabello, se hierve durante 15 minutos 10 cucharadas de corteza (cáscara) de sauce en un litro de agua, y una vez fría se lava la cabeza una vez por día. Este mismo cocimiento se hace para lavar las heridas y curar rápidamente.
Para extirpar los callos y verrugas, se quema la corteza y la ceniza que resulta se mezcla con vinagre y se unta sobre los callos y las verrugas, se cubre con una gasa y se deja hasta el día siguiente.
Para extirpar los callos y verrugas, se quema la corteza y la ceniza que resulta se mezcla con vinagre y se unta sobre los callos y las verrugas, se cubre con una gasa y se deja hasta el día siguiente.
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