Esta planta nos sorprende a los amigos de las flores por su largo tallo, que puede llegar a alcanzar el metro de longitud. En su punta hay un ramo de preciosas flores y cálices.
También es sorprendente que esta planta no resiste el calor en los meses de descanso (de octubre a abril). Se la tiene que mantener con luz pero fresca, y naturalmente hay que protegerla de las heladas.
En verano, le gustan lugares soleados en la terraza o en el jardín, aunque a cambio precisa un continuo riego. Es esta época y hasta la salida de la nueva flor, se le da un continuo riego abonado cada dos semanas.
El cambio de maceta se hará cada dos o tres años, vigilando no cubrir las raíces nada más que hasta la mitad. Las carnosas raíces se tienen que tratar con mucho cuidado por su delicadeza, ya que dañarlas podría repercutir negativamente para el crecimiento.
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